viernes, 16 de diciembre de 2011

Turismo 2.0: ¿Información o infoxicación?


Noticia personal elaborada por Ana Mellado Nuñez


 
Últimamente, no hay día que no oigamos por varios canales diferentes que el futuro del turismo está en las redes sociales; que el turismo está cambiando y que cada vez se juega más entre las redes de internet.
Pero mi pregunta es… ¿estamos siguiendo el rumbo correcto? Parece que los medios que hasta ahora teníamos los turistas para contactar con las empresas turísticas y viceversa han sido irremediablemente sustituidos por la web.  
Todo el mundo está de acuerdo en las maravillas de tener al alcance de unos pocos clics toda la información que podemos necesitar para organizar un viaje, a cualquier destino y enfocado a hacer cualquier tipo de turismo.
No obstante, una vez decides el lugar en el que quieres pasar unos días de vacaciones, es tal la cantidad de información a la que tenemos acceso que ya no sólo tenemos que decidir entre los diversos productos que hemos logrado identificar y que se describen a sí mismos en sus respectivas webs (tarea que, por si sola, ya puede resultar agotadora), sino que, si queremos que nuestra decisión sea inteligente, debemos ir más allá. Comienza entonces un intrincado recorrido por foros de opinión, comentarios de Facebook, búsqueda de hashtags en Twitter y quién sabe qué más, que puede llegar a acabar con la paciencia y la capacidad de raciocinio del “pobre” turista 2.0.
En la era anterior al 2.0, nos limitábamos a contar con la opinión de un par de conocidos que conocían el destino que queríamos visitar o del agente de viajes al que habíamos decidido acudir. Pero ahora más que nunca se hace patente eso de que “nunca llueve a gusto de todos”. Tenemos acceso a tal cantidad de opiniones (buenas, malas y regulares) que cada vez es más difícil y lleva más tiempo tomar una decisión y quedar contentos con ella.
Además, si el acceso a Internet va a quedar como el único modo de planear nuestro tiempo libre, la línea que separa el modus operandi de nuestra labor profesional y nuestro tiempo de ocio se hará cada vez más difusa, hasta que finalmente desaparezca.  Acabaremos pasando tanto tiempo delante de la pantalla de nuestro portátil o atentos a las novedades que nos notifica nuestro smartphone que quién sabe si el trato personal y las relaciones humanas, que hasta ahora han venido dando al sector turístico una de sus principales características, no quedarán relegados a un segundo plano o, simplemente, se verán reducidas al intercambio de comentarios a través de cualquier dispositivo conectado a Internet.
De ahí mi pregunta, ¿realmente este modelo de turismo que está cobrando cada vez más fuerza es imparable? ¿O quizá llegaremos a un punto en el que estemos tan infoxicados que volvamos al modelo anterior al 2.0? Quién sabe. Quizá simplemente haya que buscar un punto intermedio, o modificar el modelo haciéndolo un poco más personal, tratando que se haga más patente que son personas quienes están detrás de las redes sociales.


5 comentarios:

Juan D. Ganaza dijo...

He publicado esta opinión personal porque me parece de interés, aunque creo estimada Ana que deberías explicar brevemente que se entiende por el término infoxicación. Ya saber, uno cree que todo el mundo está al día de estas cosas y luego se encuentra con terribles sorpresas: los demás no entienden de qué estamos hablando y, con ello, la comunicación´el intercambio de ideas, el debate formativo y las posibilidades de aprender se reducen considerablemente.

Espero tu comentario a este mío para aclarar el término.

Juan D. Ganaza dijo...

Comentario realizado por Samanta Silverio Gómez

Ana, la culpa por lo que está aumentando la importancia de las redes virtuales y las ofertas de productos a través de la red, la tenemos los propios consumidores. Nosotros mismos nos hemos decantado por aumentar el uso de las redes tanto para organizar nuestros propios viajes como para tomar nuestras decisiones basadas en las opiniones de terceros o intercambiar experiencias, nadie nos ha obligado a usarlas. Además las agencias tradicionales todavía no han desaparecido, lo único es que ya no son tan demandadas porque nosotros mismos lo hemos decidido así, y nos hemos dado cuenta que obtenemos más beneficios usando las redes que acudir a un intermediario tradicional. Hay que tener en cuenta que las redes sociales abren muchas puertas, y que pueden generar beneficios tanto para el consumidor como para las empresas. Ahora existe la posibilidad de contactar con muchísimas personas en todo el mundo en cuestión de segundos y sin que suponga un coste excesivo.
Sí es verdad, que ahora tenemos acceso a tal cantidad de información, que a veces puede parecer excesiva. Pero yo creo, que los consumidores prefieren tener una mayor variedad de ofertas, que estar limitados a tener que elegir entre solamente unos pocos productos, que a veces no se adaptan del todo a su perfil, ya que no todos los consumidores buscan lo mismo, cada uno tiene unas necesidades distintas.
Con respecto a las opiniones que se difunden en las redes sociales…por un lado me parecen bien, ya que se conocen las experiencias de terceros, que pueden ayudar en la toma de decisión, pero también tienen sus desventajas:
En primer lugar, podrían resultar una amenaza, ya que las opiniones negativas pueden dañar la reputación de la empresa.
En segundo lugar, los comentarios de los consumidores no siempre se ajustan a la realidad; además hay que tener en cuenta que cada opinión viene de personas diferentes y desconocidas, que pueden tener gustos y preferencias distintas a las que tú buscas o consideras importante. Si te dejas influenciar excesivamente por las experiencias de los demás, puedes equivocarte a la hora de decantarte por una oferta u otra.
Yo personalmente veo como gran peligro que la red está muy poco controlada, en la cual se pueden producir muchas estafas. Debemos tener cuidado a la hora de tomar decisiones e informarnos bien sobre qué es lo que vamos a contratar.
No creo que a estas alturas volvamos al modelo anterior, ya que tanto los consumidores como las empresas están aprendiendo cada vez más usar este tipo de modelo para conseguir ventajas a través de ello.

Juan D. Ganaza dijo...

Comentario realizado por Carolina Borrell Aliaga

Ana tienes toda la razón. Estamos tan infoxicados que no nos damos cuenta de la necesidad que tenemos de todas esas redes, a la hora de buscar viajes, restaurante, etc. Yo, por ejemplo, hace como mil años en los que no entro en una agencia de viajes para buscar un billete de avión o hacer una reserva en un hotel.Aunque creo que realmente estamos tan infoxicados, que llegará el día en que necesitemos la comunicación, la relación con las personas para sentir que de verdad hemos reservado un billete o una reserva. Así que en el futuro tendremos como dos posibilidades, o llegar a estar tan "engachados" que no sabremos vivir sin ello, o volver al antes de las redes 2.0. Espero que algún día podamos convivir las redes sociales con los tratos personales.

Juan D. Ganaza dijo...

Comentario realizado por Ana Mellado Núñez

Es cierto, debería haber explicado brevemente el término en la entrada. Encantada de dar una aclaración.
El término infoxicación es un neologismo que mezcla las palabras información e intoxicación. En la red se dan diversas definiciones del mismo, pero una de las más claras que he leído es la que proporcionan COBO, C. y PARDO, H. en su libro Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva o medios “fast-food” (2007), que definen la infoxicación como la sobresaturación de información, ruido-interferencia, la cual incluso puede llegar a generar angustia en el usuario por no sentirse en condiciones de encontrar información buscada.
Este término se ha creado a raíz de numerosos estudios que han probado varios hechos en relación con este “exceso de información”. Este exceso provoca incluso, según estos estudios, fatiga informativa (cansancio mental, provocado por tener que manejar y discriminar entre demasiada información), nos vuelve menos productivos (la consulta continua de la BlackBerry por ejemplo, se ha demostrado que aumenta el estrés y reduce la productividad), disminuye nuestra capacidad de concentración, a la vez que nos vuelve cada vez más multitarea (habilidad cada vez más valorada en el mercado laboral) y nos incita a buscar lo breve y lo rápido alejándonos de la posibilidad de concentrarnos en una sola cosa.
Al hilo de este tema, hay un artículo publicado en la versión digital de El País titulado Atentos a todo… y a nada, que explica con mucha claridad cómo la situación actual ha llevado a que vivamos en una sociedad infoxicada, en la que el exceso de información ha llegado a ser más perjudicial que provechoso, y “e-mails, redes sociales, el móvil... Recibimos una sobredosis de información que no es fácil procesar; la 'infoxicación' empeora la capacidad analítica, aumenta la ansiedad y conduce a decisiones erróneas”.
Os paso el link del artículo que he mencionado por si os interesa: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Atentos/todo/nada/elpepusoc/20110512elpepusoc_3/Tes

Juan D. Ganaza dijo...

Comentario realizado por Jesús Franco Ollero

La irrupción de la web 2.0 se ha tomado por parte de la mayoría de la población como un avance en el mundo del turismo, dada la autonomía y facilidad que ofrece al usuario para adquirir sus productos a través de la red. Las empresas se han adaptado rápidamente a este fenómeno, hasta aquí bien, pero… ¿y los recursos humanos? Si todo se vende por la web, de todo nos informan por la web, y hasta la llave de la habitación del hotel te la podría dar una máquina… ¿qué va a ser de nosotros? Al igual que el concepto de sostenibilidad se aplica al medioambiente, también debería aplicarse a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación para garantizar la continuidad y el futuro del empleo turístico.

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