Charles Handy Escritor y experto en dirección de empresas y Recursos Humanos.
A través de sus intervenciones en la BBC y sus numerosos libros, que han vendido más de dos millones de ejemplares, es uno de los pensadores británicos más populares.
El encuentro con Charles Handy, uno de los pensadores más influyentes de Europa, es en la Viña San Petronila, en Jerez, un paraíso convertido en albergue de enoturismo. Handy ha venido a España a participar en la 5ª Asamblea de la Agrupación de Miembros de San Telmo, que se celebra este fin de semana en Málaga.
-Estamos en una viña de Jerez. No me dirá que no trabajarían aquí mejor que en un bloque de oficinas los ejecutivos que mueven el mundo.
-Aquí puedes abrir la mente, la visión es más amplia. Si estás en sitios más bonitos y armónicos, eres mejor con los que están alrededor, más creativo, piensas más, no tienes necesidad de escapar. Tiene razón.
-Entonces oficinas no.
-Hay oficinas que están diseñadas como cárceles.
-Es usted un gurú. ¿Cómo se lleva ser un gurú? Qué responsabilidad.
-Ja, ja. No, no. La gente no tiene por qué creer todo lo que uno dice. Lo que yo pretendo es que el lector o el que escucha mis conferencias tenga una sensación de ajá, exactamente es eso lo que estaba pensando. Pretendo que la gente sepa lo que ya sabían de siempre. Digo cosas muy normales, muy naturales, muy lógicas.
-Y lo que usted dice es que en esta sociedad capitalista sólo pensamos en crecer, en más riqueza, pero crear más riqueza para qué.
-Claro, no se trata de crecer más, ser muy grandes, sino de crecer bien, crecer con objetivos que redunden en una vida más acorde con lo que siempre hemos sido. Nosotros no hemos sido siempre así.
-Usted trabajó para la Shell antes de convertirse en un estudioso de cómo deben ser las relaciones dentro de la empresa. ¿Se han humanizado los gerentes de recursos humanos desde sus tiempos de la Shell?
-Puff... es que es tan distinto. Las corporaciones se han fragmentado mucho, se actúa de manera muy diversa.
-Pero el papel del trabajador...
-Las empresas conocen la importancia de los trabajadores porque esas personas son activos de la empresa. El error es que esas organizaciones tratan de sacar el máximo partido de ellas, se las exprime olvidándose de que esas personas tienen otras necesidades además del trabajo. Eso no tiene sentido en una sociedad en que unos trabajan demasiado y otros no encuentran un lugar en el que trabajar.
-No creo que los que trabajan mucho estén dispuestos a hacerlo menos para repartir su renta.
-Tendríamos que volver a aprender a vivir. ¿Usted se ha dado cuenta de todas las cosas que hay en esta vida que no cuestan dinero? No hay que ser competitivo para ser feliz. La naturaleza es gratis. Hay que disfrutar de la lectura, de la música. En la forma en que nos hemos organizado ni disfrutan de ello los que trabajan mucho ni los que no trabajan. Nos hemos organizado en torno al dinero, pero nos podemos organizar más en torno a los vecinos, a la familia. Hay que cambiar las prioridades. Lo que hay que cambiar es nuestra forma de pensar.
-Sigo su idílico razonamiento. ¿Cómo se consigue eso?
-Con la educación.
-Sí, le he leído. Usted cree que hay que cambiar el modo de educar.
-Educamos a personas para que trabajen, para que sean creativos y todo lo hacemos a través de la transmisión de conocimientos. Pero nos engañamos, el conocimiento ya está en internet, cualquiera puede acceder al conocimiento pulsando una tecla, no es necesario tenerlo todo en la cabeza. Lo que hay que enseñar es cómo usamos ese conocimiento, enseñar a usar todo el flujo de información existente en nuestro beneficio. No necesariamente en el beneficio económico, sino en el beneficio propio. Son cosas diferentes.
-Usted es irlandés. ¿Cómo ha vivido el auge y repentina caída de su país?
-Irlanda ha aceptado los recortes, el fin de esa riqueza ficticia. No ha habido protestas en las calles. En mi opinión, los irlandeses nunca estuvieron muy orgullosos de ser, de repente, tan ricos. No era nuestra condición. Los irlandeses hemos disfrutado siempre de la bebida, la comida y la charla. Tras el crash hemos vuelto a hacerlo. ¿Cuál ha sido el resultado? Que Irlanda es el país que más ha crecido en el último año, si bien hemos crecido desde un punto muy bajo. Irlanda ha aceptado que la vida es más sencilla que todo esto.
-No sé si se puede aplicar a España.
-¿Por qué? ustedes también son de comer y charlar. Tienen este magnífico sol.
-No se come del sol.
-El crash no es el fin del mundo. Es como hacer una dieta de adelgazamiento. Al principio lo pasas mal, pero luego te sientes mejor.
-La gente tiene miedo, sufre. España tiene más de un 20% de paro, le recuerdo.
-La vida tiene valles. Hay veces en que piensas que no podrás superar este valle. Eso es muy duro si estás solo. Lo más importante cuando estás en el valle es contar con alguien que te pueda ayudar, que comparta tus sueños. Yo los he pasado y me han ayudado mi mujer, mis amigos. Cuando estás arriba, en lo más alto, estás solo, eres individualista. Hay cosas que recuperas cuando estás abajo.
-En su teoría del elefante, que es la corporación, y la pulga, que es el trabajador por libre, ¿cómo le va ahora a la pulga?
-Cada vez hay más pulgas. Estamos obligados a ser pulgas porque así lo han decidido los elefantes. La vida es más larga que antes, no te puedes quedar cruzado de brazos a los 65 años, las empresas despiden. Nuestra condición de pulgas es obligada. ¿Usted es pulga?
-¿Pulga yo? No sé muy bien lo que soy. No me comprometa.
-Acabará siendo pulga.
-Eso ya me lo temía...
-Estamos en una viña de Jerez. No me dirá que no trabajarían aquí mejor que en un bloque de oficinas los ejecutivos que mueven el mundo.
-Aquí puedes abrir la mente, la visión es más amplia. Si estás en sitios más bonitos y armónicos, eres mejor con los que están alrededor, más creativo, piensas más, no tienes necesidad de escapar. Tiene razón.
-Entonces oficinas no.
-Hay oficinas que están diseñadas como cárceles.
-Es usted un gurú. ¿Cómo se lleva ser un gurú? Qué responsabilidad.
-Ja, ja. No, no. La gente no tiene por qué creer todo lo que uno dice. Lo que yo pretendo es que el lector o el que escucha mis conferencias tenga una sensación de ajá, exactamente es eso lo que estaba pensando. Pretendo que la gente sepa lo que ya sabían de siempre. Digo cosas muy normales, muy naturales, muy lógicas.
-Y lo que usted dice es que en esta sociedad capitalista sólo pensamos en crecer, en más riqueza, pero crear más riqueza para qué.
-Claro, no se trata de crecer más, ser muy grandes, sino de crecer bien, crecer con objetivos que redunden en una vida más acorde con lo que siempre hemos sido. Nosotros no hemos sido siempre así.
-Usted trabajó para la Shell antes de convertirse en un estudioso de cómo deben ser las relaciones dentro de la empresa. ¿Se han humanizado los gerentes de recursos humanos desde sus tiempos de la Shell?
-Puff... es que es tan distinto. Las corporaciones se han fragmentado mucho, se actúa de manera muy diversa.
-Pero el papel del trabajador...
-Las empresas conocen la importancia de los trabajadores porque esas personas son activos de la empresa. El error es que esas organizaciones tratan de sacar el máximo partido de ellas, se las exprime olvidándose de que esas personas tienen otras necesidades además del trabajo. Eso no tiene sentido en una sociedad en que unos trabajan demasiado y otros no encuentran un lugar en el que trabajar.
-No creo que los que trabajan mucho estén dispuestos a hacerlo menos para repartir su renta.
-Tendríamos que volver a aprender a vivir. ¿Usted se ha dado cuenta de todas las cosas que hay en esta vida que no cuestan dinero? No hay que ser competitivo para ser feliz. La naturaleza es gratis. Hay que disfrutar de la lectura, de la música. En la forma en que nos hemos organizado ni disfrutan de ello los que trabajan mucho ni los que no trabajan. Nos hemos organizado en torno al dinero, pero nos podemos organizar más en torno a los vecinos, a la familia. Hay que cambiar las prioridades. Lo que hay que cambiar es nuestra forma de pensar.
-Sigo su idílico razonamiento. ¿Cómo se consigue eso?
-Con la educación.
-Sí, le he leído. Usted cree que hay que cambiar el modo de educar.
-Educamos a personas para que trabajen, para que sean creativos y todo lo hacemos a través de la transmisión de conocimientos. Pero nos engañamos, el conocimiento ya está en internet, cualquiera puede acceder al conocimiento pulsando una tecla, no es necesario tenerlo todo en la cabeza. Lo que hay que enseñar es cómo usamos ese conocimiento, enseñar a usar todo el flujo de información existente en nuestro beneficio. No necesariamente en el beneficio económico, sino en el beneficio propio. Son cosas diferentes.
-Usted es irlandés. ¿Cómo ha vivido el auge y repentina caída de su país?
-Irlanda ha aceptado los recortes, el fin de esa riqueza ficticia. No ha habido protestas en las calles. En mi opinión, los irlandeses nunca estuvieron muy orgullosos de ser, de repente, tan ricos. No era nuestra condición. Los irlandeses hemos disfrutado siempre de la bebida, la comida y la charla. Tras el crash hemos vuelto a hacerlo. ¿Cuál ha sido el resultado? Que Irlanda es el país que más ha crecido en el último año, si bien hemos crecido desde un punto muy bajo. Irlanda ha aceptado que la vida es más sencilla que todo esto.
-No sé si se puede aplicar a España.
-¿Por qué? ustedes también son de comer y charlar. Tienen este magnífico sol.
-No se come del sol.
-El crash no es el fin del mundo. Es como hacer una dieta de adelgazamiento. Al principio lo pasas mal, pero luego te sientes mejor.
-La gente tiene miedo, sufre. España tiene más de un 20% de paro, le recuerdo.
-La vida tiene valles. Hay veces en que piensas que no podrás superar este valle. Eso es muy duro si estás solo. Lo más importante cuando estás en el valle es contar con alguien que te pueda ayudar, que comparta tus sueños. Yo los he pasado y me han ayudado mi mujer, mis amigos. Cuando estás arriba, en lo más alto, estás solo, eres individualista. Hay cosas que recuperas cuando estás abajo.
-En su teoría del elefante, que es la corporación, y la pulga, que es el trabajador por libre, ¿cómo le va ahora a la pulga?
-Cada vez hay más pulgas. Estamos obligados a ser pulgas porque así lo han decidido los elefantes. La vida es más larga que antes, no te puedes quedar cruzado de brazos a los 65 años, las empresas despiden. Nuestra condición de pulgas es obligada. ¿Usted es pulga?
-¿Pulga yo? No sé muy bien lo que soy. No me comprometa.
-Acabará siendo pulga.
-Eso ya me lo temía...
Publicada originalmente en la siguiente dirección de internet: http://www.diariodesevilla.es/article/entrevistas/1117563/crash/es/una/dieta/lo/pasas/mal/pero/adelgazas/y/estas/mejor.html
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